Cuando los turistas somos nosotros no nos importa si las terrazas de los lugares que visitamos están repletas. Tampoco nos molesta hacer cola en un restaurante y tampoco en un cajero automático. Cuando los turistas somos nosotros nos encanta que Regent Street o la Quinta Avenida estén repletas de gente porque creemos que eso forma parte del paisaje de los lugares que visitamos.
Tampoco nos importa que al alquilar un Airbnb –porque son más baratos que los hoteles–, se disparen los precios de las viviendas para los residentes. Cuando los turistas somos nosotros solo nos preocupa conseguir un billete de avión (barato, si es posible) y alojamiento. No nos preocupa cómo vive la gente nativa de los lugares que visitamos, ni lo que cobran y si pueden disfrutar de las terrazas cuando tienen días de descanso. Tampoco nos importa si tienen agua en sus casas o si las carreteras están colapsadas. Ni siquiera si la sanidad está saturada.
Todas estas cuestiones deberían tenerlas en cuenta aquellos que pintan las paredes en Palma con lemas como ‘Tourist go home’ o los que bloquean el aeropuerto o aquellos que se dedican a ensuciar paredes de las mansiones de famosos. No conviene quitar el foco del auténtico problema de la masificación turística: los datos demuestran que cada día hay más vuelos hacia Balears para que AENA, la entidad que gestiona los aeropuertos españoles, pueda batir récord de ingresos año tras año. Eso lo debería saber Iago Negueruela y sus compañeros de partido cada vez que cogen una pancarta para protestar contra la masificación. Porque no he escuchado ni una sola declaración del portavoz del PSOE pidiendo que AENA rebaje el número de vuelos. Mientras haya tanta oferta de vuelos y se mantengan los pisos turísticos ilegales que operan en Balears a través de los portales de comercialización, nada cambiará. Y de eso no tiene la culpa Marga Prohens, por cierto.
Cuando alguien tenga la tentación de culpar a los visitantes de la masificación turística es un buen ejercicio recordar que nosotros también somos turistas. Y que no nos gustaría nada ver pancartas insultando a los turistas.
7 comentarios
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AngelcaídoTípico de la izquierda, igualar por abajo y repartir miseria; cuando no haya trabajo de 1.500 / 1.800 euros al mes, salvarán a la plebe con 480 euros de mínimo vital. Y darán las gracias y besarán las manos de los salvadores.
AngelcaídoDeje de llorar multiniiiiiiiick
Quan l'antic pacte va voler aturar el lloguer turístic a Palma, la dreta va dir que eren mesures comunistes, ben igual que quan es va voler regular la quantitat de creuers. Aquest article és demagògia sofista barata. No són els turistes, és el model turístic depredador. El fet de que les empreses no paguin impostos aquí, que cada vegada tot sigui més car, sous que no permeten independitzar-se, pèrdua de qualitat de vida, contaminació, saturació, falta de futur pels joves, importació de treballadors no qualificats, esppeculació immobiliària rampant... no es critica al turista, es critica el model, ho sap tothom, encara que alguns es facin els despistats
Tiene usted toda la razón Pero NO PIDA PERAS AL OLMO. Esto se ha convertido en un AQUELARRE de esta izquierda que aún patalea por la PERDIDA DEL GOVERN. ¿ CUÁNTAS MANIFESTACIONES ANTITURISMO HUBO EN OCHO AÑOS DE GOBIERNOS DE ESTA IZQUIERDA? La cosa está clara...
Bien visto! Como siempre.
Turistes del agroturisme il·legal del batle de Santa Margalida o del Sr. Porcell? Quina quantitat de demagògia barata destila aquest pamflet columnari. Com sempre, Marga Prohens, la lideressa escollida per la providència per salvar Mallorca de nosaltres mateixos. Encara no he conegut cap turista Mallorquí que estigui content de trobar carrers i avingudes sarurades, que esculli un airbnb pel sol motiu econòmic o que cregui que nosaltres som com els bàrbars que assassinaren Guillem Comamalas…..
Totalmente de acuerdo. Es cierto que el enorme incremento de turistas/visitantes en todos los sitios y ciudades está acarreando problemas en los residentes de esos lugares, es cierto que habrá que regular o tratar ese tema pero es igual de cierto que la zurda siempre trata de aprovecharse de los problemas que ella misma crea, quizá para tener un motivo de existencia o justificar su manifiesta inutilidad.