El dato loco sobre vivienda de esta semana, porque hay una cifra loquísima inmobiliaria cada tres por cuatro, ha sido el de que, en Palma, se pelean noventa personas por cada habitación que se anuncia para alquilar. El verbo pelear tuvo éxito y se repitió donde tuvo eco la estadística. Se imagina cualquiera a un montón de gente dándose mamporros por el pasillo para intentar alcanzar un cuarto. Casi trepando por encima de las cabezas del resto y pisoteando los cuerpos de los vencidos con el casero intentando poner orden. El dramatismo de la crisis de vivienda convertido en una de zombies. Lo que escama es que buena parte de los datos catastróficos provengan de unas pocas páginas web que son las que viven de los anuncios de viviendas. Sin negar el drama de la situación, convendría revisar el papel de estos portales en el mismo. Quizá sean de los que arrojan gasolina al incendio mientras gritan ¡fuego! Recuerden como se buscaba piso o habitación antes de que aparecieran. Anuncios por palabras en el periódico, boca a boca o teléfonos colgados de los balcones. El vendedor y el comprador se hacían una idea del precio poco a poco. Basta una búsqueda ahora y se ve lo que se pide por cada inmueble, nunca por lo que se cierra el trato.
El pirómano que tocaba la alarma
Palma16/09/24 0:30
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1 comentario
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Sí, poned un policía tras cada sosoechoso. Es el midelo que el personal tiene por estos pagos. Si la guerra la hubiera ganado el doctor Negrín, aquí la RDE hubiera sido eterna.