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El peregrino pensaba: dormí y soñé que la vida era belleza, desperté y vi que la vida era servir. Más académica fue la expresión de Aristóteles: «La esencia de la vida es servir a otros y hacer el bien». Frente al virus que desde los principios azota a los humanos y que es el orgullo o exaltación del yo, Jesús propone una extraña, pero decisiva consigna a sus discípulos: «El que quiera ser el primero entre vosotros, que sea el último y servidor de todos»… Durante sesenta y tres años, mi hermana Juana María me ha acompañado y me ha servido. Justo es que, ahora que tiene 91 años y que está sometida a muchas limitaciones, yo la sirva a ella… No quiero cansar al lector con mis personales referencias, pero, de hecho, esta es la pauta que he seguido en ‘Kairos’ desde hace once años. Mi pretensión desde el principio ha sido imitar pobremente al gran Ramon Llull, pues si repasamos detenidamente la mayoría de sus obras literarias descubrimos rastros de su personalidad. Siempre me han seducido frases como ésta: «Demanaren a l’Amic: quines són les teves riqueses? Respongué: les pobreses que sostinc pel meu Amat» (Llibre d’Amic i Amat, 56).