Aquella mañana de comienzos de otoño de 1977, el senador independiente por Barcelona, Lluís María Xirinacs (1932 – 2007), era introducido en el despacho del president en el Palau de la Generalitat. Josep Taradellas (1899 –1988), al ver la indumentaria de su visita, camisa, vaqueros y senalla de esparto al hombro, se levantó como impulsado por un resorte, salió a su encuentro y, pasándole un brazo sobre los hombros, lo acompañó hacia la puerta: Ja veig, mossèn, que se’n va d’excursió al camp; vagi, vagi i un altre dia parlarem del que vulgui.
En el Parlament hemos visto esta semana que hay miembros de la cámara que desconocen la anécdota o, en caso contrario, no son conscientes del lugar en el que se encuentran ni la función que desempeñan. El Parlament, como en su día Tarradellas, exige el respeto debido a la representación que ostenta el conjunto de los diputados. Las buenas maneras son sin duda la clave de la buena educación y, además, se considera virtud de personas inteligentes. El presidente, Gabriel Le Senne, ha expulsado a las dos diputadas sanchistas de la Mesa del Parlament por exhibir camisetas con la imagen de Aurora Picornell y las llamadas roges del Molinar, imágenes que serían contrarias, dice Le Senne, a la neutralidad exigible a la Mesa. Un concepto por cierto que no tiene regulación ad hoc, de forma que el presidente se arroga la facultad de decidir sobre la ecuanimidad de los comportamientos. Le Senne tropieza de nuevo con las mismas diputadas y la imagen de Aurora Picornell; está pendiente de resolución judicial acerca de la acusación de un delito de odio por su anterior conflicto, cuando arrancó de un manotazo análoga imagen del ordenador de Mercedes Garrido, hasta el punto que cabe pensar que se escuda en la idea de neutralidad para dar rienda suelta a su sectarismo. Es evidente que un cargo de tan alta responsabilidad exige otros comportamientos.
Tampoco son inocentes las diputadas protagonistas del affaire, la incombustible Pilar Costa y la no menos veterana Garrido (en su partido). Las camisetas con imágenes asociadas a cualquier campaña o posicionamiento partidista son más propias de la pancarta y la manifestación callejera que no del hemiciclo en el que sobre el papel deberían dirimirse los problemas del común. De hecho, una vez fuera, las diputadas se incorporaron a una manifestación alineada con su discurso. Lo peor del parlamento nacional se reproduce en el de Balears y las palabras se convierten en adoquines. La incapacidad para gobernar de Pedro Sánchez le lleva directamente a la trifulca con la oposición que no vacila en entrar al trapo. Son tantos los reveses que afectan a la presidencia del gobierno de España y al sanchismo todo que acrecientan una degradación de la vida política insostenible desde cualquier punto de vista.
Desafortunadamente, no hay político alguno capaz de proceder como quien fuera el primer presidente del gobierno de la Primera República, Estanislao Figueras (1819 – 1882), que tuvo la decencia de reaccionar ante el boicot de los partidos políticos, sin consideración por el país, al régimen surgido tras la liquidación de la Constitución de 1869; en pleno Consejo de Ministros explotó: Senyors, ja no aguanto més. Estic fins els collons de tots nosaltres. Y se fue.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.