La investigación de la Guardia Civil de Moaña en torno al hallazgo
de un recién nacido en un pozo de San Adrián de Cobres, en el
municipio pontevedrés de Vilaboa, se centra en el interrogatorio a
vecinos de este lugar para esclarecer las circunstancias de la
muerte del bebé.
Ayer por la mañana comenzaron los interrogatorios y entre las
personas que prestaron ya declaración se encuentra Enrique Piñeiro,
quien el martes por la tarde halló el cadáver del bebé en un pozo
de su propiedad. Según explicó, su hermana le advirtió la noche
anterior al suceso de que había visto a una vecina de 15 años de
edad arrojar algo al pozo y fue a comprobar qué era.
La joven V.S.F. es menor de edad y había ocultado su embarazo,
aunque en los últimos días circulaban por San Adrián de Cobres
algunos rumores al respecto. La adolescente dio a luz en la noche
del lunes y fue trasladada el martes a un centro hospitalario.
Según Enrique Piñeiro, la menor le reconoció llorando que fue
ella quien se deshizo del bebé «por miedo a causar un disgusto a un
hermano suyo delicado de salud, a raíz de un accidente que sufrió
hace un año».
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