Los hechos ocurrieron en este chalet de Illetes.

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El fiscal y la abogada defensora de Catalina Juan han llegado a un acuerdo que se ha plasmado ya por escrito. El acuerdo evita la convocatoria de un jurado popular (con el coste económico que ello supone) y, en el mismo, el fiscal reconoce que la mujer actuó bajo una obcecación al creer que su marido la iba a lesionar, ya que el hombre era una persona muy violenta y, además, estaba bebido.

Catalina Juan y su esposo, Rafael Martínez, eran padres de tres niños. Todos los hijos han renunciado a actuar penalmente contra su madre e incluso desde el primer momento le han manifestado su solidaridad.

La pareja, que vivía en un chalet de Illetes, llevaba muchos años teniendo problemas. Catalina había acudido más de una docena de veces a la Guardia Civil para denunciar que su marido la había maltratado.

La discusión que acabó en una muerte se produjo el día 10 de febrero del pasado año en este chalet de Illetes.
No era la primera vez que se peleaban, pero aquella vez fue más violenta que las demás. El marido se abalanzó sobre la mujer. El fiscal reconoce que la acusada sintió temor por su integridad física, ya que sabía que su esposo era capaz de hacerle daño. Obcecada por esta situación de terror la mujer acudió a la cocina, agarró un cuchillo de madera de 20 centímetros de hoja y se lo clavó a su marido en el corazón. Al instante se dio cuenta la mujer de lo que había hecho. Sacó el arma del cuerpo de su marido y bajó al bar a pedir que avisaran a una ambulancia. Esperó en el lugar de los hechos hasta que su marido fue evacuado a un hospital.