La Guardia Civil mantiene varias líneas de investigación para
esclarecer el espeluznante crimen de Alcúdia y una de esas pautas
consiste en recabar información sobre otros asesinatos con
connotaciones sádicas que han acontecido en Europa en los últimos
años.
Los investigadores de la Policía Judicial se han puesto en
contacto con otras policías del Continente y están analizando
crímenes que pudieran guardar relación con el de Ivonne
O'Brien.
A principios de los noventa unos extranjeros que viajaban en una
caravana asesinaron en la Península a numerosos indigentes, a los
que embaucaban y luego acababan con sus vidas de forma salvaje y
sin motivo aparente. Al final, los criminales fueron interceptados
en un control rutinario y se descubrió su macabro trayecto por las
carreteras españolas porque se quedaban objetos de cada
víctima.
Este tipo de fetichistas tienen un comportamiento específico y,
afortunadamente, no existen demasiados casos al año, por lo que
ahora la Guardia Civil trata de conocer cómo se resolvieron esos
asesinatos y si alguno de ellos guarda relación con la orgía de
sangre del Port d'Alcúdia. Algunos expertos en criminología han
asegurado que se trata de un asesino en serie y que, por tanto,
puede volver a matar si no es detenido con prontitud. Con las
gestiones actuales la Benemérita puede saber si el psicópata que
destripó a la inglesa cometió alguna barbaridad en Europa.
A este respecto, los funcionarios policiales, a diferencia de
los citados especialistas, no tienen tan claro que se trate de un
asesino en serie y contemplan la hipótesis de que el criminal se
ofuscó, quizás por efecto de los ácidos, y se comportó cómo un
auténtico perturbado. El entorno de la británica ha sido
investigado al límite, pero los agentes se han encontrado con un
problema añadido: Ivonne frecuentaba distintas y continuas
amistades masculinas, por lo que el círculo de sospechosos es muy
amplio.
El hecho de que hubiera escrito con la sangre de la víctima
«Sexo y amor» no significa que el autor del horrendo crimen sea
español y, de hecho, la Benemérita piensa que es extranjero, aunque
con conocimientos de castellano. Sea como fuere, lo cierto es que
la Policía Judicial de Palma y de Pollença no da tregua y está
entregada al esclarecimiento del caso. En los últimos días han
surgido algunas críticas en periódicos ingleses hacia la labor
policial, quejándose de que el asesino aún ande suelto, pero este
periódico ha podido confirmar, en esta última semana, que se trata
de imputaciones absolutamente injustificadas ya que todo el equipo
de la Policía Judicial realiza jornadas agotadoras de doce o
incluso dieciseis horas diarias.
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