José Agustín B.G., de 34 años, permanecía en la noche de ayer
recluido en los calabozos del cuartel de San Fernando acusado de
haber violado a su ex mujer. La pareja está separada, pero viven
bajo el mismo techo junto a sus hijas.
La víctima contó que los malos tratos domésticos se iniciaron al
poco de casarse con José Agustín, hace ahora unos doce años. En
1997 decidió separarse de él, pero ambos compartían casa en Palma.
Ella dormía con sus hijas y él en la habitación de matrimonio, y
hace cerca de un mes se presentó de noche en el cuarto de ella y se
metió en la cama. Le pidió entre sollozos que mantuvieran
relaciones sexuales, pero la mujer se negó de forma categórica, ya
que le había sometido a agresiones y vejaciones continuas durante
años y no quería reanudar la relación. El varón insistió y la
fémina, temerosa de que sus hijas se despertaran, aceptó ir a una
habitación contigua con él, a pesar de que sabía que sería muy
difícil zafarse del acoso. En aquel recinto, tal y como se temía la
denunciante, José Agustín se abalanzó sobre ella y la despojó de su
ropa. Luego, supuestamente, la penetró y consumó la violación.
La mujer, en su declaración ante el GISD (Grupo de Instrucción y
Seguimiento de Denuncias) declaró que su ex esposo consumía drogas
y era alcohólico y que esa adicción le provocaba comportamientos
muy violentos. Primero, según explicó, empezaba insultándola y
luego pasaba a las agresiones físicas. Según consta en el
comunicado de prensa remitido ayer por la Policía Local, si la
maltratada aguantó todos estos años una situación tan extrema fue,
únicamente, porque temía la reacción violenta de José Agustín.
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