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Peter y Sandra Weber eran un matrimonio, se supone que bien avenido, cuando el pasado 14 de agosto llegaron a Mallorca desde su país, Alemania, para pasar unos días de vacaciones. Pero el sexo, o mejor una práctica sexual, se interpuso en su camino. El hombre acabó con un agresión en el hemitórax izquierdo con unas tijeras que empuñaba su mujer y ella, Sandra, ingresó en la cárcel de Palma donde sigue recluída a la espera del juicio. Ahora se ha conocido la calificación fiscal: se acusa a Sandra de un homicidio intentado y se le piden ocho años de cárcel. Por su parte, la defensa de la mujer, representada por el letrado Miquel Montserrat, pide la libre absolución. Evidentemente, acusación y defensa no están de acuerdo en la manera cómo ocurrieron los hechos, salvo en que estos se iniciaron por una práctica sexual. Según la acusación, la mujer le exigió al marido una penetración anal, a lo que el hombre se negó y la mujer, enfurecida, cogió unas tijeras y se las clavó. Según la defensa, que recoge las declaraciones de la mujer, fue el marido el que quiso llevar a cabo la citada práctica y ella se negó, siendo entonces acosada, maltratada y agredida, hasta que cogió unas tijeras y, en legítima defensa, se la clavó al hombre. Los hechos ocurrieron sobre las tres de la mañana del 15 de agosto, en la habitación del hotel de Cala Millor donde el matrimonio tenía que pasar el período de vacaciones. El escrito del fiscal relata que ambos estaban en la cama y detalla que las tijeras medían 8'5 centímetros de hoja.