En los dos nuevos casos de violencia doméstica los hijos de las
víctimas han sido testigos de las agresiones a sus madres.
El primero ocurrió la tarde del pasado sábado en una vivienda
familiar, en Palma. El presunto agresor, marido y padre de dos
hijas menores de edad, habría dado una paliza a su mujer. La
víctima recibió varios golpes en distintas partes del cuerpo y
patadas en el rostro. De todos estos hechos fueron testigos las dos
hijas del matrimonio, e incluso una de ellas fue quien avisó a la
policía a través del 091 y requirió su presencia en el domicilio.
Una patrulla se desplazó de inmediato en el lugar y al comprobar el
lamentable estado de la víctima se procedió a su traslado a un
centro médico.
La mujer y las dos menores han declarado que viven en una
situación de miedo constante en su casa, puesto que cuando el
hombre ha consumido bebidas alcohólicas adopta actitudes muy
agresivas y les amenaza y agrede.
El segundo caso ocurrió poco antes de las cuatro de la tarde del
pasado domingo, también en un domicilio familiar de Palma. Según la
denuncia formulada, Miguel Angel P.F., de 48 años de edad y al que
le constan cuatro detenciones anteriores por los mismos motivos, se
presentó de improviso en el domicilio de su ex mujer. Uno de los
hijos abrió la puerta y, nada más entrar, el hombre se abalanzó
sobre su ex esposa. Le propinó varios golpes en distintas partes
del cuerpo y un mordisco en una pierna. Después causó daños y llegó
a romper algunos muebles del domicilio. Más tarde el hombre
continuó golpeando a la mujer, intentando estrangularla,
apretándole con sus manos el cuello y tapándole la boca. El hijo,
testigo de todo cuánto ocurría, llamó por teléfono a la policía y,
entonces, el agresor simuló que sufría un desvanecimiento. A la
llegada de la patrulla policial fue detenido. Sobre el mismo pesa
una orden judicial de alejamiento del domicilio conyugal, que
quebrantó.
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