El dispositivo humano formado por medio centenar de personas
consiguió controlar en la madrugada de ayer el gran incendio que ha
devastado más de 200 hectáreas de cañizal en s'Albufera de Muro.
Un retén de guardia permaneció de noche en el lugar, para evitar
que las llamas "que llegaron a alcanzar un frente de 600 metros",
entraran en el parque natural. El fuerte viento, con rachas de más
de cien kilómetros por hora, fue el principal enemigo de los
bomberos, que no pudieron evitar que una pequeña extensión del
parque resultara afectada.
A las 5'30 horas la Benemérita comunicó que el siniestro estaba
controlado, aunque todavía quedaban algunos focos activos. El
directos general de Biodiversitat de la conselleria de Medi
Ambient, Pere Tomás, visitó ayer s'Albufera y explicó que el
incendio se inició pasadas las tres de la tarde del lunes, en una
zona conocida como el Prat de Son Serra y Es Ras. Tomás opinó que
las consecuencias del fuego no habían sido «trágicas». El
responsable del Govern arguyó que el cañizo devastado estaba seco y
que, por primavera, rebrotará. «Las aves han podido desplazarse y
huir de las llamas; los insectos, reptiles y anfibios son los que
han resultado más afectados, porque estaban hivernando bajo
tierra», añadió.
En las tareas de extinción del incendio de s'Albufera han
participado efectivos del Ibanat, Bomberos de Mallorca, guardería
forestal, Guardia Civil, Policía Local de Muro y el centro de
emergencias del 112. Cuando el fuego fue detectado por primera vez
los equipos anti-incendios consiguieron sofocarlo con relativa
facilidad, pero minutos después aparecieron otros dos focos, que se
descontrolaron debido a que se trataba de un terreno muy seco y el
viento que soplaba era tremendo.
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