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Una mujer tendrá que indemnizar a su suegra con 1.895.000 pesetas. Si no puede hacer frente a esta cantidad, el dinero lo deberá abonar una caja de ahorros de Mallorca, que ha sido declarada responsable civil subsidiaria. La sentencia señala que en el año 1991 la acusada abrió una cuenta en un banco con titularidad indistinta entre ella y su suegra, que lo ignoraba. El banco, en una «actuación negligente», sólo obtuvo la firma de María del Carmen, mientras que su suegra no llegó nunca a firmar en la entidad.

Coincidiendo con la apertura de esta cuenta, la acusada gestionó el cobro de una pensión para su suegra, quien le había facilitado todos sus documentos personales para que realizara estas gestiones. Se trataba de una pensión asistencia no contributiva que le entregaba la Conselleria de Sanitat. La acusada le manifestó a su suegra que sus gestiones habían fracasado y le habían comunicado que no tenía derecho a recibir pensión. Sin embargo, la paga se iba ingresando cada mes en esta cuenta y la acusada cobraba el dinero a través del cajero automático.

Esta estafa no fue descubierta por la confesión de la acusada, sino todo lo contrario. En septiembre de 1997 la pensionista gestionó en la Administración el cobro de una paga. Le contestaron que no podía cobrar una pensión, puesto que ya percibía una paga desde hacia años. La mujer se mostró muy sorprendida, sobre todo cuando le comunicaron incluso el número de la cuenta corriente donde se ingresaba el dinero.