«Esto es una fiesta ilegal y queda clausurada». Los más de
doscientos participantes en una 'fiesta salvaje' organizada en la
madrugada de ayer en una finca de Sant Llorenç, que debía durar dos
días, no supieron cómo reaccionar cuando una veintena de guardias
civiles irrumpió en la casa y desconectó la música.
La aparición de los agentes beneméritos del GIFA (Grupo de
Investigación Fiscal y Antidrogas) y del cuartel de Artà no fue
fruto de la casualidad. A finales del pasado mes de marzo los
investigadores tuvieron conocimiento de que un vecino de Cala
Millor, Jaime V.A., de 28 años, se dedicaba a organizar fiestas
'after' que eran utilizadas para distribuir drogas, principalmente
el psicotrópico MDMA ('éxtasis'). Los festivales duraban dos días y
a ellos acudían jóvenes de todos los puntos de la Isla, sobre todo
de la Part Forana.
Las gestiones se centraron en el tal Jaime, que siempre iba
acompañado de Julián T.M., de 31 años. Los dos amigos se
desplazaban a bordo de un vehículo BMW y otro de la marca
Mitsubishi. Así las cosas, la Benemérita supo que para el viernes
estaba prevista una fiesta bautizada como «The Frog Dream Party»
(La fiesta del sueño de la rana), que iba a celebrarse en una finca
de Sant Llorenç durante 48 horas ininterrumpidas, con la asistencia
de conocidos 'disjockeys'. Los interesados podían adquirir la
entrada por 1.000 pesetas y la Benemérita planificó la operación
para no dejar ningún cabo suelto. Esa noche 'cayó' Julián cuando en
compañía de un tal Gabriel, de 21 años, recibía en Santa Maria un
alijo de 90 pastillas de 'extasis'. El vendedor, Javier C.M., de 22
años, y una chica que lo acompañaba, Cristina M.P., de 16, también
fueron arrestados. En el coche de Javier se hallaron 68 comprimidos
más y 40 gramos de hachís.
La droga, supuestamente, iba destinada a la fiesta 'after'. Los
agentes esperaron a que comenzara y a las tres de la madrugada
irrumpieron de forma inopinada. En una rápida operación apresaron a
Jaime, el presunto cabecilla, y a Sheezar A.S., de 21 años. A los
sospechosos se les intervino 146 pastillas de la 'droga del amor',
7 gramos de cocaína, 3 de hachís, una balanza de precisión y
109.000 pesetas. También fueron precintados un coche deportivo
Mitsubishi 3.000 GT y un Peugeot 306 GTI. Las emociones fuertes que
seguramente buscaban los participantes en la fiesta llegaron, pero
en forma de uniforme verde benemérito.
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