De momento ninguna autoridad marítima quiere pronunciarse sobre
quién es el responsable, si bien fuentes próximas a la
investigación señalaron que las leyes marítimas, en el caso de un
cruce de barcos, siempre otorgan la preferencia de paso a la
embarcación que tiene menos margen de maniobra, en este caso el
catamarán de la Trasmediterránea. En este sentido recordaron que
esta embarcación realiza cada día el mismo trayecto, y suele
utilizar siempre la misma ruta.
Como primera medida para resolver este caso ya se ha nombrado a
un inspector de seguridad marítima, que tiene previsto desplazarse
a Mallorca en las próximas horas y tomar declaración a los dos
capitanes. Aunque no tiene capacidad para sancionar, su informe
tendrá un gran peso en la futura resolución judicial.
Los investigadores han confirmado que el yate de recreo venía de
Eivissa y se dirigía hacia el Port d'Andratx. Según se ha
comprobado el barco, pese a que se aproximaba peligrosamente a la
costa, navegaba a gran velocidad. El capitán señaló a las personas
que actuaron en el rescate que había detectado la presencia del
«Milenium» por el radar, pero que se vio sorprendido por la gran
velocidad que llevaba, lo que evidencia que se confió más de la
cuenta.
Las fuentes consultadas manifestaron que aún es pronto para
determinar la cuantía económica de esta colisión, si bien afirmaron
que podría rondar los 500 millones de pesetas, puesto que ambas
embarcaciones sufren importantes daños. El más dañado, lógicamente,
es el barco de recreo, embarcación de lujo que se alquilaba y que
tiene bandera de las Bermudas. La embarcación está asegurada por
una compañía británica.
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