Gustavo G.L., a su llegada ayer tarde a los juzgados de vía Alemania. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Gustavo G.L., el joven de 24 años detenido por el homicidio del parque de Son Pizà, en Palma, ingresó ayer en la cárcel de Palma tras prestar declaración ante el juez de guardia. La versión del acusado no ha trascendido, pero según parece la pelea entre él y Gary Yera, la víctima, se originó como consecuencia de la compra-venta de una pequeña cantidad de hachís.

El vecino de la calle Pascual Ribot -muy cerca de donde se cometió el crimen- conocía desde hacía algún tiempo al albañil de Mali y los dos pertenecían a la misma pandilla juvenil que por las noches se apuesta en el parque de Son Pizà. Las disputas entre ambos surgieron días antes de cometerse el homicidio, cuando supuestamente Gary Vera compró una postura de hachís a Gustavo y le pagó 5.000 pesetas, según declararon los amigos del grupo. El subsahariano no quedó contento con la compra y se lo recriminó, por lo que ambos llegaron a las manos y Gary resultó con un ojo amoratado. Las desavenencias entre ambos fueron en aumento y el pasado jueves, a las nueve y cuarto de la noche, ambos coincidieron en el parque de Son Pizà.

El africano esgrimió una barra de hierro y su contendiente una navaja o un objeto punzante -este extremo no está demasiado claro porque el arma homicida no ha aparecido- y la pelea cesó cuando Gary recibió cinco apuñaladas. Una de ellas le alcanzó el corazón y le produjo la muerte casi al instante. Los testigos de la agresión -al menos una decena de jóvenesdieron aviso a la Policía Local, cuyo cuartel está ubicado a unos 300 metros del parque.

El acusado se marchó del lugar y regresó minutos después, cuando los agentes estaban interrogando a los chicos. Los funcionarios lo detuvieron inmediatamente, pero no hallaron el arma punzante. El miércoles el Grup Operatiu registró el piso del acusado, que al parecer ya fue arrestado por la Guardia Civil hace un tiempo en el aeropuerto de Palma, por un asunto relacionado con el tráfico de drogas. Luego tuvo otro incidente con la Benemérita y también fue denunciado. Ayer Gustavo fue trasladado por la tarde al juzgado de guardia y declaró por espacio de una hora ante el juez, que tras escuchar su relato lo envió a prisión.