El jefe del Grupo de Homicidios inspecciona un gran charco de sangre. Foto: F. CARBONELL.

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PEP MATAS/FERRAN CARBONELL Los cadáveres completamente calcinados de dos personas fueron localizados ayer noche en una casa abandonada situada en la entrada del poblado gitano de Son Banya. Los restos humanos quedaron irreconocibles, por lo que se hará muy difícil su identificación.

La historia de este caso se inició pasadas las ocho de la tarde cuando la Policía Local fue informada de que se veía mucho humo y llamas procedentes de Son Banya. Una dotación del Cos de Bombers se desplazó al lugar y se comenzó a trabajar en la extinción del fuego. Pero, de entrada, se observó que había manchas de sangre y después se descubrió que había un gran charco de sangre, hasta el punto de que se llegó a pensar que en el lugar se había sacrificado un cerdo. Posteriormente se descubrió que había un reguero de sangre que provenía de otra casa abandonada, en el número 28 del Camí de Son Banya. Finalmente los bomberos encontraron un cadáver calcinado dentro de la casa y poco después otro.

A partir de ahí se dejó de trabajar en las labores de desescombro y se dio paso a la investigación policial. El Grupo de Homicidios se desplazó al lugar y cerca de las diez de la noche se decidió dejar la zona vigilada por patrullas policiales, al objeto de efectuar hoy la inspección ocular. Al lugar de los hechos se trasladó también una comisión judicial. Los dos cadáveres calcinados no fueron retirados anoche, precisamente para no eliminar con la osucridad alguna posible prueba.

omo siempre suele ocurrir en casos similares, en principio nadie del poblado había visto nada de lo ocurrido. Al cierre de la edición la policía no podía todavía confirmar si las dos muertes se debieron a un doble asesinato, aunque en principio todo apunta a que así fue. En principio se barajaba la posibilidad de que las víctimas fueron dos de los numerosos yonkies que a diario acuden al poblado en busca de dosis de heroína.