Los cadáveres completamente calcinados de dos personas fueron
localizados ayer noche en una casa abandonada situada en la entrada
del poblado gitano de Son Banya. Los restos humanos quedaron
irreconocibles, por lo que se hará muy difícil su identificación.
La historia de este caso se inició pasadas las ocho de la tarde
cuando la Policía Local fue informada de que se veía mucho humo y
llamas procedentes de Son Banya. Una dotación del Cos de Bombers se
desplazó al lugar y se comenzó a trabajar en la extinción del
fuego. Pero, de entrada, se observó que había manchas de sangre y
después se descubrió que había un gran charco de sangre, hasta el
punto de que se llegó a pensar que en el lugar se había sacrificado
un cerdo. Posteriormente se descubrió que había un reguero de
sangre que provenía de otra casa abandonada, en el número 28 del
Camí de Son Banya. Finalmente los bomberos encontraron un cadáver
calcinado dentro de la casa y poco después otro.
A partir de ahí se dejó de trabajar en las labores de
desescombro y se dio paso a la investigación policial. El Grupo de
Homicidios se desplazó al lugar y cerca de las diez de la noche se
decidió dejar la zona vigilada por patrullas policiales, al objeto
de efectuar hoy la inspección ocular. Al lugar de los hechos se
trasladó también una comisión judicial. Los dos cadáveres
calcinados no fueron retirados anoche, precisamente para no
eliminar con la osucridad alguna posible prueba.
omo siempre suele ocurrir en casos similares, en principio nadie
del poblado había visto nada de lo ocurrido. Al cierre de la
edición la policía no podía todavía confirmar si las dos muertes se
debieron a un doble asesinato, aunque en principio todo apunta a
que así fue. En principio se barajaba la posibilidad de que las
víctimas fueron dos de los numerosos yonkies que a diario acuden al
poblado en busca de dosis de heroína.
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