Ayer por la mañana varios equipos de la Policía Judicial
regresaron al escenario del crimen bajo la supervisión del teniente
de la Unidad. Los agentes inspeccionaron durante horas la casa de
la calle Moreda número 3 y al parecer encontraron pruebas que
pueden ser de vital interés para esclarecer el asesinato. Irmela
Regina Femmer era una acaudalada viuda de 50 años que se había
casado en tres ocasiones y que residía desde hacía algunos años en
sa Mola. Su último marido se suicidó, vivía sola y durante el
tiempo que llevaba en la Isla se le conocieron distintas relaciones
sentimentales. La Guardia Civil está investigando su círculo más
íntimo de amistades y ha determinado que el crimen se cometió en la
mañana del viernes, aunque no fue descubierto hasta la noche.
Los investigadores creen que el o los asesinos "de hecho no se
descarta que haya más de un implicado" entraron en el chalet por la
parte de atrás y sorprendieron a la alemana en la cocina, en donde
recibió al menos dos puñaladas, una en el estómago y otra en la
garganta. La víctima, que era natural de Ztaffort, vivía de rentas
y había trabajado en una inmobiliaria. Llevaba un elevado ritmo de
vida y conducía un Mercedes, que ayer seguía aparcado junto a la
casa.
La Guardia Civil se ha entrevistado con amigos y vecinos de la
fallecida, pero la urbanización de sa Mola, en esta época del año,
no registra una gran actividad y parece ser que los residentes no
pudieron aportar daños de significación. Con todo, la Policía
Judicial está estrechando el cerco y parece ser que tiene a uno o
dos sospechosos y que está pendiente de localizarlos para aclarar
si tienen relación con los hechos.
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