El Grupo de Homicidios localizó ayer en la casa abandonada de Son
Banya lo que parece ser una pistola de pequeñas dimensiones,
totalmente carbonizada pero que aún mantenía la forma.
Fuentes cercanas a la investigación confirmaron el hallazgo,
pero no quisieron pronunciarse al respecto hasta que se compruebe
que se trata del arma utilizada para acabar con la vida de los dos
hombres, que luego fueron arrastrados hasta la casa, y
quemados.
El 'picadero' de la calle Camí de Son Banya número 28 permaneció
toda la noche del sábado al domingo custodiado por la policía, para
evitar que alguien entrara en la casa y destruyera "intencionada o
accidentalmente" huellas y pruebas. Sin embargo, a lo largo de la
mañana fueron pocos los gitanos residentes en el poblado que se
acercaron a la casa para interesarse por lo ocurrido y casi todos
mostraron cierto recelo a hablar del tema.
La prioridad policial, en la actualidad, estriba en conocer las
identidades de los fallecidos, ya que de esta manera se podría
concretar de una manera más fidedigna qué pasó junto al poblado
gitano el sábado por la noche. Lo que también llama la atención es
que nadie oyera detonaciones o ruidos, ya que no se descarta que
los dos varones fueran asesinados a disparos y la proximidad del
poblado hace imposible que nadie escuchara nada. La gran cantidad
de sangre que apareció en el suelo y en las paredes demuestra que
las víctimas fueron introducidas ya sin vida "o con un último
hálito" en la casa y que no pudieron ofrecer resistencia cuando los
asesinos provocaron el incendio.
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