Jorge Gil salió el domingo por la mañana con sus dos hijos para
realizar una excursión por la montaña, junto a la costa de Alcúdia.
Sobre las tres de la tarde los tres familiares salieron de la cova
Tancada, un lugar que antiguamente la utilizaban los
contrabandistas. El camino de vuelta era largo y decidieron tomarse
un descanso. El padre escondió unas cuerdas en su mochila.
Los hijos, mientras esperaban a su padre, se sintieron atraídos
por una escalinata de acceso al mar y se acercaron a este sitio.
Según contó el padre a los miembros del equipo de rescate el
domingo por la noche, no consideró que en aquel momento hubiera
peligro, puesto que no había temporal. Sin embargo, de pronto una
ola pasó por encima de ellos tres y los arrastró hasta el mar. El
hombre asegura que pudo llegar nadando hasta su hijo pequeño. Le
agarró, le fue quitando las ropas para flotar y de lejos vio a su
otro hijo que intentaba salir a flote y nadar hasta la orilla.
El padre afirma que estuvo dentro del agua casi dos horas (la
temperatura era baja) hasta que se dio cuenta que su hijo Angel
había muerto y al otro lo había perdido de vista. Soltó al niño,
subió como pudo hacia la costa y una vez en tierra llamó por
teléfono a su ex mujer para pedirle que avisara al equipo de
rescate. El hombre se encontraba en estado de schock y mostraba un
sentimiento del culpa por lo que había ocurrido. Pasó la noche en
un hospital. Al día siguiente explicó lo que había ocurrido a la
madre de los niños.
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