Tres días después de que Marc Gil Bonnín, de trece años, cayera al
agua en Alcúdia con su hermano, arrastrados ambos por un golpe de
mar, ayer pudo ser rescatado su cadáver a 21 metros de profundidad
y muy cerca del lugar donde el lunes apareció el cuerpo de Àngel,
de ocho años.
El operativo de rescate se montó a primera hora de la mañana por
tercer día consecutivo y ya sin esperanzas de hallar con vida al
adolescente. El cansancio de los submarinistas de los GEAS (Grupo
Especial de Actividades Subacuáticas) -que llevaban 48 horas
trabajando a destajo- posibilitó que se sumaran a las tareas trece
voluntarios de los Bomberos de Palma, de Protección Civil y de la
Cruz Roja de Sóller. Los efectivos, apoyados por la embarcación de
Salvamento Marítimo «Cavall Bernat», estudiaron el área donde
debían sumergirse y la delimitaron en cuadrillas. De esta manera,
se aseguraron de que los submarinistas no 'peinaran' zonas que ya
habían inspeccionado con anterioridad.
Las condiciones del mar no eran especialmente difíciles y sobre
las once y media de la mañana los buzos encontraron el cadáver del
adolescente a unos 21 metros de profundidad, a 150 metros de la
cueva donde ocurrió la tragedia y a sólo 50 metros del punto donde
el lunes apareció su hermano. El menor presentaba el rostro
golpeado, lo que según los investigadores podría indicar que su
cuerpo se estrelló contra las rocas, y una lancha lo trasladó hasta
el puerto de Alcúdia. La autoridad judicial ordenó el levantamiento
del cadáver y en las próximas horas se le efectuará la
autopsia.
Uno de los participantes en las tareas de ayer, Manuel Vidal, de
la empresa Nemo Submarine, se puso en contacto con este periódico
para denunciar el material desfasado que emplean los GEAS de la
Guardia Civil y que según este particular motivó que el lunes y el
martes el operativo fuera suspendido antes de tiempo. «Estos
hombres hacen un trabajo magnífico, pero estaban ateridos de frío
porque sus trajes son húmedos y no aguantan más de veinte minutos
bajo el mar. No es normal que un cuerpo de especialistas como los
GEAS utilicen un material tan precario». Vidal explicó que el agua
en Alcúdia estaba a 11 ó 12 grados de temperatura y que los buzos
de la Guardia Civil estaban exhaustos por el esfuerzo
realizado.
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