El cadáver de la víctima fue retirado ayer por los funcionarios de Pompas Fúnebres. Foto: F.C./J.F.M.

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Un ciudadano británico de unos 35 años de edad, llamado Michael C., falleció ayer tarde al declararse un incendio en su apartamento de la calle Joan Miró, en Palma.

El dramático suceso se descubrió alrededor de las tres de la tarde de ayer y ocurrió en un piso de alquiler, situado en la tercera planta del edificio señalado con el número 146 de la citada calle. La víctima fue encontrada muerta en esta vivienda que ocupaba desde hacía unas tres semanas, donde se trasladó tras separarse de su esposa. El piso lo compartía con otros dos compañeros, uno de ellos español y el otro de su misma nacionalidad. Al producirse este incendio ninguna de estas dos personas se encontraba en la vivienda, aunque acudieron al enterarse de la muerte de su compañero. El fallecido había estado trabajando en un pub turístico.

Las primeras hipótesis policiales apuntan a que el hombre falleció por asfixia. Varios testigos confirmaron que Michael no estaba atravesando un buen momento familiar (a raíz de su separación) y se sabe que la noche anterior había estado bebiendo más de la cuenta. Llegó al apartamento de madrugada, según confirmaron fuentes policiales, y lo primero que hizo fue encerrarse en su habitación. Se sospecha que el hombre encendió un cigarrillo y al encontrarse adormilado por el efecto del alcohol no se dio cuenta que la colilla se desprendía de sus manos. Esta negligencia fue la causa por la que se inició el incendio, que poco a poco fue cogiendo fuerza. La víctima murió asfixiada por el efecto del humo. Los vecinos del edificio observaron que desde la parte de atrás se observaba una intensa columna de humo que salía de uno de los pisos de la tercera planta. Por ello se avisó a la policía y a los bomberos.