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Cinco años de prisión es la condena que deberá cumplir el ex policía nacional, Miguel Peñalver Jurado, a quien la Audiencia de Palma le ha declarado culpable de un delito continuado de abusos sexuales. El acusado abusó de su hijastra, de 15 años de edad, con quien convivía desde que la niña tenía un solo año, y de hecho le consideraba a él como a un padre. Los abusos se iniciaron cuando la niña cumplió los trece años. Aprovechando que su mujer (madre de la niña) salía a trabajar de noche, él entraba en la habitación de la menor. La obligaba a desnudarse y la sometía a tocamientos, si bien no se atrevió a penetrarla.

La menor mantenía una mala relación con su madre, y por ello no fue difícil que su padrastro la convenciera para que le acompañara en un viaje. La víctima, de hecho, había aborrecido la convivencia familiar e incluso había intentado suicidarse. El viaje se prolongó durante siete días en el mes de julio de 1998. Peñalver, según afirma la sentencia, durmió con su hijastra y mantuvo relaciones sexuales con ella.

El viaje se inició en Valencia y concluyó en Cartagena. Fue en esta ciudad cuando el acusado se enteró que su ex mujer le había denunciado por llevarse a su hija. Para evitar responsabilidades el ex policía decidió que la menor viajara en tren de Cartagena a Madrid, para seguir luego destino a Santander, para reunirse con su abuela materna. Sin embargo, la menor fue rescatada por la policía en la estación madrileña de Chamartín.

Tras producirse estos hechos el acusado ha venido persiguiendo a su hijastra. La ha vigilado en su casa y en el trabajo. La ha llamado por teléfono para decirle que quería continuar con ella y le escribió una carta insinuándole que estaba enamorada de ella. Durante el juicio que se celebró en la Audiencia de Palma el acusado negó que hubiera mantenido relaciones sexuales con la menor, y afirmó que la denuncia contra él había sido una maniobra de su ex mujer. A raíz de estos hechos el acusado fue suspendido de empleo como policía.