Una intensa humareda provocada por el material altamente inflamable era visible ayer tarde desde toda Palma. Foto: M.A.C.

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Una gran columna de humo negro en Son Castelló, visible desde prácticamente toda Palma, alarmó ayer a los trabajadores del polígono y originó un gran despliegue de bomberos y policía, que no pudo evitar que el incendio en una fábrica de piscinas prefabricadas causara daños millonarios.

El fuego se inició minutos después de las cuatro de la tarde y fue un conductor que circulaba por la rotonda del Camí dels Reis, junto a la gasolinera de Petronor, quien dio la voz de alarma. Los bomberos todavía no tenían conocimiento del siniestro y en los minutos sucesivos su centralita registró numerosas llamadas más. La empresa Multiforma, dedicada a la venta de piscinas prefabricadas, se encontraba cerrada al público y por la mañana los dueños habían estado limpiando el recinto. Se trata de una zona vallada donde se exponen las piscinas al aire libre. Según parece, durante las tareas de limpieza del solar se realizaron hogueras para quemar papeles y madera y el fuerte viento que soplaba ayer reavivó las llamas y extendió el fuego a las piscinas.

La fibra de vidrio provocó una gran humareda, que se levantaba amenazante sobre el polígono, y los bomberos comenzaron a combatir las llamaradas desde la calle, arrojando agua con mangueras. Luego reventaron el candado de la entrada y accedieron al recinto. La carretera quedó cortada durante unos minutos y efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local controlaron la situación e inspeccionaron que el fuego no se fuera extendiendo peligrosamente.

Un portavoz de los bomberos explicó que en total cinco piscinas fueron destruidas por las llamas y aunque no pudo cuantificar las pérdidas aseguró que eran «millonarias». Además, se da la circunstancia añadida de que esas estructuras de fibra de vidrio ya habían sido vendidas y la semana que viene debían ser entregadas a los compradores. Un familiar del dueño del negocio que fue avisado por los bomberos se personó en el Camí dels Reis y siguió el final de las tareas de extinción junto a los bomberos, muy preocupado por las repercusiones del siniestro. Con todo, la cercanía del parque de bomberos al solar impidió un auténtico desastre.