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El dueño de un bar de Calvià ha sido víctima de un «timo de la estampita», por el que un individuo de color le estafó un millón de pesetas. Este estafador comenzó a frecuentar el bar a principios de mes. Siempre iba elegantemente vestido. Poco a poco fue cogiendo confianza con el dueño del bar, explicándole que era un hombre de negocios y que se encontraba de vacaciones.

Hace algunos días el individuo, que dijo llamarse Eric, le mostró a la víctima un billete de diez mil pesetas. Le dijo que era falso, aunque al empresario le llamó la atención la buena calidad del billete. Días después le invitó a su hotel para hacerle una demostración de cómo falsificaba el billete. Colocó un papel en blanco encima de un billete verdadero y otro debajo del mismo. Después arrojó un líquido sobre estos papeles y consiguió falsificar dos billetes de diez mil pesetas.

Hace varios días Eric le pidió que le dejara un millón de pesetas para falsificar billetes. El dueño del bar le prestó el dinero e incluso presenció la operación para falsificar los billetes, e incluso le entregó un paquete que supuestamente guardaba el dinero. Sin embargo, el estafador se quedó con el dinero y cuando la víctima se dio cuenta del engaño, Eric ya se había marchado de la Isla.