El empresario alemán contrajo matrimonio recientemente y en la actualidad tiene 81 años.

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El conocido empresario de coches de alquiler Hasso Schutzaendorf y su esposa fueron brutalmente asaltados en la madrugada de ayer en su lujosa mansión de Valldemossa por varios individuos armados que les amordazaron, golpearon y finalmente huyeron con un botín aproximado de 36.000.000 de pesetas. Desde la Comandancia de la Guardia Civil de Palma el hermetismo sobre el caso es absoluto, pero Ultima Hora ha podido saber que el multimillonario alemán y su última esposa (ha estado casado en cinco ocasiones) fueron atacados cuando descansaban en su casa de la urbanización George Sand, una zona exclusiva de Valldemossa donde la mayoría de residentes son extranjeros y multimillonarios.

De momento no ha trascendido si los delincuentes -entre dos y tres personas- forzaron la puerta de acceso o si fue alguien del interior quién, engañado, les franqueó la entrada; pero lo cierto es que los asaltantes actuaron con violencia e incluso golpearon a sus víctimas. Hasso y su mujer fueron amordazados y maniatados para que no pudieran pedir ayuda y luego los encerraron en una habitación, según han asegurado las mismas fuentes de toda solvencia consultadas por este periódico. Durante bastante tiempo los ladrones registraron el chalet y se apoderaron de dinero en efectivo, joyas y objetos de valor cuyo importe, en total, supera los 36.000.000 de pesetas. Los agresores parece ser que iban fuertemente armados y antes de huir se aseguraron de que ni el empresario alemán ni su esposa podrían pedir ayuda, al menos hasta que ellos estuvieran lejos de la urbanización.

La precaución les falló y el potentado consiguió liberarse y pedir ayuda. En pocos minutos llegaron las primeras patrullas de la Benemérita y luego, al tratarse de un caso 'especial', la Policía Judicial del Cuerpo se hizo cargo de las indagaciones. Hasso y su esposa fueron atendidos de los golpes que presentaban y al parecer la mujer se encontraba muy nerviosa por lo ocurrido. Los agentes se entrevistaron con el matrimonio y les pidieron detalles de los agresores para obtener un retrato robot aproximado, así como una lista detallada de los efectos de valor y del dinero que echaban en falta. Además, realizaron una inspección minuciosa en el chalet en busca de indicios o huellas que pudieran haber dejado los delincuentes.