La crispación de vecinos de Palma por la presencia de prostitutas
callejeras va en aumento cada día que pasa. A las movilizaciones de
colectivos de las Avenidas, calle Velázquez y Platja de Palma se
sumó ayer la de vecinos de Cas Capiscol-Amanecer. Decenas de
personas se concentraron sobre las nueve de la noche frente a la
cárcel vieja para protestar por la presencia de las prostitutas
frente al hipódromo y llegaron a cortar la carretera de Sóller por
un corto espacio de tiempo. Estas personas dicen estar ya 'hartas'
y exigen que sean tratadas como los ciudadanos de otras zonas de
Palma.
«Tenemos muy cerca el centro penitenciario -dicen- y nunca se
nos ha escuchado la más mínima queja. Ahora, desde hace semanas,
tenemos que soportar la presencia masiva de prostitutas con toda la
problemática que conlleva. Por ello sólo pedimos ser tratados igual
que, por ejemplo, los vecinos y comerciantes de la calle Velázquez
o de las Avingudes». La problemática a la que se refieren ce centra
en ruidos nocturnos, algún que otro escándalo y un aumento
importante del tráfico rodado en la zona con el ir y venir de
turismos que acuden en busca de compañía femenina. La manifestación
de ayer noche se llevó a cabo por cauces 'normales', dentro de la
crispación que mostraron algunos de los vecinos con sus
manifestaciones. La numerosa presencia de personas en la vía
provocó algunos problemas en el tráfico rodado y la intervención de
patrullas policiales.
«Ahora sí que vienen -dijo uno de los manifestantes- pero
durante todos estos días que las prostitutas y los clientes nos
están causando tantos problemas no hemos visto a ningún policía».
Esta crispación creciente, de la que ya se informó en la edición de
ayer, ha sido analizada por políticos y policías. José Manuel
Sierra, responsable del Area de Governació del Ajuntament de Palma,
se muestra de acuerdo en que no se trata de un problema policial.
«Desde hace aun año -manifestóestamos trabajando en el tema y lo
único que podemos hacer es cerrar calles y hacer que la policía
vigile, pero lo que ocurre es que ante este acoso las prostitutas
cambian de lugar».
Sierra añade que hace un año propuso la idea de buscar una zona
específica para estas mujeres «y me trataron de loco, pero hoy en
día algunas de éstas personas me dicen que sería quizás la
solución». También hace un año se creo una comisión
interinstitucional para hacer un seguimiento del problema y buscar
soluciones. Tenía que estar formada por representantes del
Ajuntament, del CIM, el Institut de la Dona y el Govern. El
resultado es que todavía no se ha mantenido ninguna reunión.
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