El primer organismo informó que sobre las 12.30 horas un bañista
se puso en contacto con el 112 y aseguró que había visto un «pez
muy grande» cerca de la playa de Muro, al parecer un tiburón. Desde
aquel momento no se volvieron a tener noticias del escualo y los
responsables del operativo pensaron que podía tratarse de una falsa
alarma. Sin embargo, a las 14.50 horas un nuevo aviso alertó de que
la aleta amenazadora del tiburón estaba siendo vista muy cerca de
la playa de Alcúdia, a unos 100 metros de la arena.
En esta ocasión el operativo fue más contundente y varias
embarcaciones y voluntarios se desplazaron hasta esa zona y
rastrearon el agua en busca del ejemplar, que finalmente fue
localizado. El temor a que atacara a bañistas -ya que al parecer no
se trataba de un tiburón inofensivo- hizo que los integrantes de la
búsqueda arponearan al escualo, que fue abatido. Una embarcación lo
remolcó hasta la playa, donde numerosos testigos presenciaron cómo
un vehículo todoterreno lo sacaba del mar. La aparición del
ejemplar -cuya especie de momento no ha sido concretada- provocó la
lógica expectación y alarma en Alcúdia, máxime si se tiene en
cuenta que el pasado 20 de mayo dos vecinos de Pollença pescaron un
magnífico ejemplar de tiburón peregrino, de 7 metros, que había
quedado atrapado en unas redes cerca de Cala Murta. Guillem Cerdà y
Francisco Pérez remolcaron al animal hasta el Club Náutico de
Pollença y al día siguiente fue vendido a piezas en la Lonja de
pescadores. La diferencia con el tiburón de ayer es que el de
Pollença se alimentaba de placton y era del todo inofensivo.
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