Un médico de urgencias de un hospital privado de Palma ha sido
condenado por errar en un diagnóstico, que motivó que el paciente
perdiera el conocimiento mientras conducía un turismo, y sufriera
un grave accidente de tráfico. El facultativo tendrá que abonar una
indemnización de algo más de un millón y medio de pesetas, según ha
establecido una sentencia del tribunal de la Sección Tercera de la
Audiencia de Palma.
Alrededor de la medianoche del día 8 de mayo de 1999 el paciente
se sintió indispuesto y al acudir al lavabo se dio cuenta que había
sufrido una hemorragia en el conducto anal. El hombre decidió
acudir al servicio de urgencias de una clínica, desplazándose en un
vehículo que no era suyo. En este servicio fue atendido por un
médico, que le indicó que se trataba de hemorroides. El facultativo
le recetó al enfermo varios laxantes y le comunicó que podía irse a
su casa. Sin embargo, mientras regresaba a su domicilio, a la
altura de la calle Jesús de Palma, el hombre sufrió una fuerte
hemorragia. Perdió el conocimiento y, por tanto, el control del
vehículo, que colisionó contra la pared.
El tribunal entiende que existe una relación entre el
diagnóstico erróneo del médico y el accidente que sufrió el
paciente. Los jueces, basándose en el informe de un perito, han
considerado que el médico debió realizar un tacto rectal antes de
asegurar que el enfermo padecía hemorroides y enviarlo a su
domicilio. Los jueces consideran, por tanto, que el accidente se
habría evitado si el diagnóstico hubiera sido correcto.
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