Cinco excursionistas palmesanos fueron rescatados en la madrugada
de ayer en sa Fosca, en el Torrent de Pareis, después de que
pasaran varias horas perdidos y, uno de ellos, con síntomas de
deshidratación. La Guardia Civil de Palma explicó que a las 23.30
horas del domingo una mujer se puso en contacto con el servicio de
emergencias del 112, para denunciar que su hijo y cuatro amigos no
habían regresado a casa. Según la señora, el grupo de amigos había
salido a las 8.00 horas de ese día hacia sa Fosca y le habían
comunicado que si no volvían a las 22.00 horas diera la voz de
alarma, ya que significaba que les había pasado algo.
La Guardia Civil realizó las averiguaciones pertinentes y luego
se puso en marcha el dispositivo de auxilio, en el que participó
también la Cruz Roja de Sóller, que contó con dos montañeras; los
bomberos, Protección Civil y el GREIM (Grupo de Rescate en
Montaña). El grupo se adentró de noche en el Torrent de Pareis,
adoptando las precauciones necesarias para no protagonizar nuevos
incidentes, y comenzó la búsqueda de los jóvenes. Los muchachos
iban equipados y cuatro de ellos tenían experiencia en la montaña,
pero se encontraron con el problema de que el quinto miembro no se
desenvolvía demasiado bien en ese paraje abrupto y retrasó la
excursión. Luego, se equivocaron de camino y se perdieron.
A las cinco de la madrugada, aproximadamente, el GREIM localizó
a los cinco excursionistas en el 'Entrefoc', agotados y con el
susto en el cuerpo. Uno de ellos estaba extenuado y con síntomas de
deshidratación, y fue atendido por los efectivos de rescate. Jesús,
Sebastián, Alejandro, Cristian y un quinto rescatado, cuya
identidad no ha trascendido, explicaron que tenían previsto
realizar al trayecto de sa Fosca y que pensaban que no era tan
complicado. Luego debían salir por Escorca y retornar a casa,
aunque uno de ellos se cansó, cayó la noche y se sintieron
desorientados.
Los muchachos tienen edades comprendidas entre los 25 y los 27
años, según la Guardia Civil, y son vecinos de Palma. Uno de ellos
ya había realizado la excursión de sa Fosca. Para adentrarse en
aquel paraje portaban trajes de neopreno, cuerdas y luces
frontales, para los tramos donde no entraba la luz del sol. El
equipamiento era el oportuno para este tipo de itinerario, no
exento de peligro, y aunque todavía las pozas del torrente están
medio vacías, el frío en la zona al caer la noche es intenso.
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