El presidente de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar, expresó ayer
su «dolor» por la situación creada tras la decisión de tres
magistrados de este tribunal de poner en libertad al presunto
narcotraficante Carlos Ruiz «El Negro», que se fugó, asunto del que
informó a la Sala de Gobierno. La Sala de Gobierno de la Audiencia
Nacional celebró ayer una reunión extraordinaria en la que Dívar
dio a conocer a sus compañeros el informe que le remitieron los
magistrados Carlos Cezón, Juan José López Ortega y Carlos Ollero
referente a su decisión. El presidente de la Audiencia Nacional
expuso a los integrantes de la Sala de Gobierno el informe sobre
este asunto y que fue remitido al Consejo General del Poder
Judicial.
En el mismo se contiene la explicación de los tres magistrados
quienes sostienen que acordaron la puesta en libertad de «El Negro»
basándose en un informe del psiquiatra de la cárcel de Valdemoro
que señalaba que el presunto narcotraficante padece un trastorno de
la personalidad que requiere tratamiento ambulatorio. Según dijo a
los periodistas el presidente de la Audiencia Nacional, este asunto
«evidentemente» le ha producido «disgusto y dolor». Explicó que el
hecho de que la opinión pública «pierda confianza en la
Administración de Justicia, y en particular en la Audiencia
Nacional, le «afecta dolorosamente» pues sabe por experiencia que,
aunque sea consecuencia de un caso particular, recuperar esa
confianza «cuesta mucho trabajo».
«Es muy doloroso que estemos durante años trabajando en tantos y
tantos asuntos», con juicios y condenas» y que toda esa labor «de
la que quizá no somos suficientemente transmisores pueda verse
afectada por una situación de este tipo», declaró Dívar, quien
expresó su disgusto como juez, miembro y presidente de la Audiencia
Nacional. También ayer, un magistrado de la Sección Cuarta de la
Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que prefirió no
identificarse, afirmó que la dolencia que padece el presunto
narcotraficante es «una psicosis maniaco-depresiva con ciclación
rápida a tendencias suicidas», no una simple depresión, y por
tanto, no es padecida por el 90 por ciento de la población reclusa
española, como se ha dicho en algún momento.
En este sentido, insistió en que informes serios de la
Organización Mundial de la Salud y del organismo del que dependen
las instituciones penitenciarias británicas indican que no más del
5 por ciento de los reclusos sufre distintas formas de psicosis, y
la padecida por Ruiz Santamaría, sólo la padece un 2 por ciento,
por lo que la sufrirían unos 800 de los 45.000 presos
españoles.
Por otra parte, el abogado Gustavo López-Muñoz, codefensor de
«Carlos, el Negro», reconoció ayer que se quedó «muy sorprendido»
por las «muy generosas» condiciones en las que la Sección Cuarta de
la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional dejó en libertad bajo
fianza a su cliente, a pesar de que llevaba mucho tiempo «luchando»
para que se decretara esta medida. El letrado señaló que ni él ni
su compañero supieron de la puesta en libertad de Ruiz Santamaría
por la Sección Cuarta, sino que fue por otro abogado que lo oyó en
la cárcel madrileña de Valdemoro y se lo comunicó. De hecho,
insistió López-Muñoz, hasta Ruiz Santamaría se asombró cuando vio a
Carmona, esperándole en la puerta de la cárcel.
Tanto López-Muñoz como Carmona señalaron que Ruiz Santamaría
sintió pánico, con la posibilidad de que se le revocara la
libertad, cuando vio la primera página del diario «El País», en la
que se relataban las condiciones en las que había sido excarcelado.
En cuanto a la puesta en libertad bajo fianza de 5 millones de
pesetas de Ruiz Santamaría, López-Muñoz explicó que él pensaba que
el Tribunal ordenaría su ingreso en un hospital penitenciario o le
impondría medidas más duras que las fijadas.
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