La Fiscalía de Palma le reclama por este delito al acusado una
condena de 25 años de prisión y una indemnización a los herederos
de la víctima de 211 mil euros. Esta misma propuesta de prisión la
reclaman el abogado que representa al marido de la víctima y la
asociación del Lobby de Dones, que actúa como acusación popular.
Ana Torres tenía 25 años de edad cuando murió. Vivía con su
esposo y tenía una hija de corta edad. El día de los hechos estaba
con Mohamed A., que tenía un taller de confección de material de
marroquinería en la calle Josep Zaforteza Musoles, en el barrio
palmesano del Rafal. La acusación insinúa que la pareja mantenía
una relación y que al anunciarle la mujer que no quería volver a
verle el marroquí primero la golpeó en la cabeza, después le arrojó
cola y le prendió fuego, causándole quemaduras que ocasionarían la
muerte de la mujer al día siguiente.
Mohamed A. es de nacionalidad marroquí y que será defendido ante
el jurado por el letrado Damián Mercadal. El hombre ha mantenido
siempre que se trató de un accidente. El día que declaró en el
juzgado dijo que llevaba diez años de relación con Ana y que el día
de los hechos la mujer estaba utilizando productos de cola para
montar unos bolsos, mientras que él se encontraba acostado en una
cama que había en el taller. El acusado sostiene que a la mujer le
cayó cola de forma accidental sobre la estufa y como ella estaba
fumando, de pronto se incendió. Dice también que él enseguida fue a
ayudarla y que intentó apagar el fuego con sus propias manos (el
acusado sufrió quemaduras en los brazos).
La mujer salió al exterior del taller y hay testigos que han
declarado que vieron al acusado arrojando sobre ella un líquido
espeso (podría tratarse de la cola) y que escucharon que la víctima
le decía «¿porque me has hecho esto?». El acusado niega estas
palabras y esta versión de los vecinos. Sobre el líquido afirma que
se trataba de agua que cogió de un bidón de cola ya terminado y que
las palabras que le dijo la mujer fueron «ayúdame morito».
Las declaraciones del acusado no han coincidido sólo con los
testimonios de los vecinos sino tampoco con el informe de los
médicos forenses, que comprobaron que la mujer presentaba dos
hematomas en el craneo y que ambas lesiones, al margen de las
quemaduras, eran mortales. Por esta circunstancia las acusaciones
sostienen que el individuo, antes de quemar a la mujer, la estuvo
golpeando en la cabeza.
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