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Durante el mes de agosto un hombre invidente que reside en un piso de s'Illot junto a un amigo ha sido agredido sexualmente en tres ocasiones por un vecino que por las noches se descolgaba por el balcón y le realizaba felaciones. La Policía Local de Manacor ha arrestado al sospechoso, de 48 años, y que hoy será puesto a disposición judicial.

La víctima se dedica a la venta de cupones en la calle y para no pagar tanto de alquiler decidió compartir la casa con un amigo. Ambos dormían en la misma habitación, pero el compañero lo hacía tan profundamente que durante estos últimos días no advirtió lo que estaba sucediendo. La primera agresión aconteció a principios de mes, de madrugada, cuando el invidente notó que alguien se encontraba junto a él y al principio pensó que se trataba del otro inquilino. Sin embargo, el desconocido le susurró que no gritara y se abalanzó sobre él, practicándole una felación.

El invidente, cuando se recuperó del susto y comprobó que el asaltante se había marchado, despertó sobresaltado a su amigo, que escuchó con asombro el relato y no le dio crédito. La víctima no pudo convencerle de que acababa de ser víctima de abusos sexuales y el compañero le explicó que dormían con la puerta de la calle cerrada y que, por tanto, era imposible que alguien hubiese entrado.

Pero días después se repitió la visita y el ciego se despertó de nuevo en mitad de la madrugada, con un varón encima. Por segunda vez el agredido levantó de la cama al compañero, que ya irritado le contestó que él tenía un sueño muy profundo, pero que aún así le costaba creer que un pervertido se colara por las noches.

A tenor de los hechos, el ciego ideó una estrategia para demostrarle que no estaba fabulando: le propuso que se ataran un cordel muñeca con muñeca, para despertarlo tirando de la cuerda en caso de que volviera el violador amparándose en la oscuridad. En la madrugada del martes al miércoles, a las 2.00 horas, se produjo la enigmática aparición y esta vez, cuando el ciego advirtió su presencia, tiró de la cuerda y despertó a su amigo. El hombre encendió la luz y se encontró con una escena que no olvidará: al vecino que había saltado por el balcón y que pretendía abusar del invidente.

El agredido no se atrevía a denunciar los hechos por temor a represalias
La denuncia por los supuestos abusos sexuales al invidente de s'Illot la interpuso el amigo de la víctima, pero luego la Policía Local le tomó declaración para aclarar algunos extremos. La historia, en un principio, parecía demasiado surrealista para ser cierta, aunque las dos declaraciones -del amigo y de la víctima- coinciden plenamente y los agentes no piensan que se trate de una invención. Al ser interrogado sobre la demora a la hora de denunciar los hechos, el ciego contó que tenía miedo a posibles represalias y añadió que se sentía indefenso. La declaración del acusado no ha trascendido.