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Un hombre de 30 años permanece hospitalizado en la clínica Rotger con lesiones de pronóstico reservado después de que el viernes de madrugada fuera apaleado en el Passeig Marítim por un grupo de cuatro o cinco individuos a los que no conocía de nada. Según parece, esa misma noche otras tres personas fueron también atacadas sin motivo aparente en la misma zona. Según ha podido saber este periódico de testigos presenciales, la agresión más grave tuvo lugar a las 5.00 horas en frente del Pub Salero, cuando un hombre se disponía a subirse a su turismo, que estaba aparcado en las inmediaciones. El conductor no reparó en que al menos cuatro individuos lo habían seguido al salir de un local nocturno y antes de que pudiera encender el coche fue abordado y recibió una auténtica lluvia de golpes, patadas y puñetazos.

La víctima no pudo defenderse porque se vio sorprendida y en clara inferioridad numérica, y encajó como pudo la paliza hasta que los desconocidos emprendieron la huida, alertados por la presencia de algunos curiosos que se acercaron para ver qué ocurría. Pese a que en el Passeig Marítim es habitual la presencia de controles de alcoholemia y, por tanto, de funcionarios de policía, ningún agente se enteró de la agresión y el herido fue trasladado hasta la clínica Rotger conmocionado y con magulladuras en todo el cuerpo.

Los médicos decidieron que era conveniente que quedara ingresado, ya que era necesario efectuarle pruebas para conocer el alcance real de los golpes (sobre todo los recibidos en la cabeza) y ayer el hombre continuaba convaleciente, aunque había experimentado una mejoría que le permitirá casi con toda seguridad recibir el alta en breve. Según parece, el herido y un grupo de amigos salieron a cenar en la noche del viernes y ya de madrugada tomaron unas copas por el Passeig Marítim. El grupo de pendencieros que le agredió se fijó posiblemente en él dentro de una de las discotecas a las que acudieron y luego, cuando se quedó solo y se dirigió a su coche, fue cuando aprovecharon para rodearlo.