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«El Pablo» permanece en estos momentos ingresado en la prisión de Málaga, junto a su esposa, y allí tiene que responder a un juicio por falsificación ya que en el momento de su arresto, practicado en el pasado mes de julio, el traficante de la Soledat tenía en su poder varios documentos de identidad falsificados.

Sin embargo, no será juzgado en Valencia, de donde se fugó de la prisión, porque el delito de quebrantamiento de condena ha prescrito. La Ley fija un plazo de prescripción de tres años en este delito de fuga y el traficante estuvo huido durante casi cinco años. No obstante éste es el menor de los problemas judiciales que tiene que afrontar Pablo Campos Maya.

La pena máxima que se puede imponer por el delito de quebrantamiento es de seis meses de arresto, que frente a la larga condena que debe cumplir «el Pablo» por vender droga, es casi irrisoria. No obstante, sí tiene sus consecuencias en el régimen de la prisión, puesto que un preso que se fuga es casi imposible que pueda volver a tener algún beneficio penitenciario.