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Unos desconocidos desvalijaron recientemente una conocida joyería ubicada en la calle principal de Valldemossa, y huyeron con un botín de más de 30.000 euros. La Guardia Civil cree que el 'golpe' fue obra de profesionales y ha montado un gran dispositivo para detener a los implicados. Los hechos ocurrieron de madrugada en la calle Blanquerna número 10, donde se encuentra ubicado el negocio, cuando varios ladrones -los investigadores no creen que se trate de un solo sospechoso- comprobaron que no había nadie por las inmediaciones y se 'centraron' en su objetivo, que no era otro que la joyería.

Antes de acceder al interior hicieron sonar la alarma y luego esperaron agazapados a que una empresa de seguridad se presentara en el recinto. Eran aproximadamente las 3.30 horas y los empleados de seguridad, después de una batida y comprobar que todo estaba en perfecto estado, se marcharon de nuevo hacia Palma. Tras esperar un tiempo prudencial los ladrones arremetieron contra una de las dos puertas de acceso, y aunque sabían que la alarma se activaría de nuevo contaron con que la empresa de seguridad se tomaría la segunda emergencia como un fallo técnico y no se presentaría en el establecimiento con tanta celeridad como en la primera ocasión.

A partir de esa segunda acometida realizaron el golpe 'contrarreloj': desmontaron los bombines de seguridad y fueron vaciando una por una seis vitrinas repletas de joyas y efectos de gran valor. Las piezas menos costosas las dejaron y también, en su huida, se olvidaron de una llave inglesa, que la Guardia Civil encontró junto a las vitrinas. Los dueños de la joyería fueron informados del asalto y horas después interpusieron la correspondiente denuncia en el cuartel, especificando los efectos que habían desaparecido, que están cuantificados en más de 30.000 euros (más de 5.000.000 de pesetas).