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No había ninguna duda puesto que ayer mismo, mientras los forenses Javier Alarcón y Emilia Salas practicaban la autopsia al cadáver de Mateu Salas, especialistas de la Guardia Civil iniciaron la búsqueda del objeto contundente que se utilizó para acabar con la vida del jubilado de Sant Llorenç des Cardessar. Los primeros datos de la autopsia señalan que el hombre recibió un total de cuatro golpes en la cabeza, todos en la parte posterior, y que dos de ellos fueron lanzados con una gran fuerza y provocaron una hemorragia cerebral, que fue la causante del fallecimiento. De todo ello se deduce que el hombre estaba sentado, mirando la televisión, cuando fue atacado por detrás.

A partir de ahí se puede hablar ya de que se trató de un asesinato, puesto que se atacó con premeditación y alevosía a un hombre que estaba indefenso y no tuvo tiempo de defenderse, ni de reaccionar y, quizás ni tan siquiera pudo ver la cara a la persona que le mató. Como hemos apuntado al principio, además del Grupo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor, que asume la investigación del caso, a media mañana de ayer se desplazaron a Sant Llorenç efectivos del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), y de la Unidad Canina. El objetivo era buscar el objeto contundente en el pozo ubicado en la vivienda de la víctima y en otros cercanos, así como que los perros pudieran olfatear algún rastro del arma.

Estos trabajos se iniciaron sobre las diez de la mañana, pero después se interrumpieron debido a que se reclamó la presencia de los GEAS en es Port de Pollença, donde se había producido el accidente del hidroavión que costó la vida a dos militares. Con respecto a la investigación, la misma continúa y parece claro que la hipótesis y el móvil del asesinato fue el robo. En este sentido, es lógico pensar que el asesino es una persona, que cuando menos conocía a la víctima, y sabía en qué lugar podía guardar una cantidad de dinero.