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EFE-MALAGA
La Guardia Civil considera que, al parecer, existe una vinculación entre las muestras de ADN tomadas al investigar el caso de la joven de Coín (Málaga) Sonia Carabantes, hallada muerta el pasado 19 de agosto, y de la chica de la localidad malagueña de Mijas Rocío Wanninkhof, asesinada en octubre de 1999.

La Guardia Civil precisa, no obstante, que «no se puede precisar qué tipo ni grado de implicación existe» mientras la investigación continúa bajo secreto de sumario, en tanto que esa vinculación ha causado sorpresa en el entorno de ambos casos.

Entre las muestras al cadáver de Sonia, de 17 años, figuraban algunas tomadas de restos de tejidos en sus uñas que, al ser cotejadas con las del caso Wanninkhof, coinciden con la extraída de una colilla encontrada durante la investigación del caso de Mijas. En el sumario del caso Wanninkhof, se menciona entre los objetos estudiados una colilla de cigarro de la marca Royal Crown, aunque se desconoce si es la misma que la Guardia Civil vinculó ayer con el otro caso.

Una cadena de radio aseguró ayer que los datos extraídos de las muestras tomadas al cadáver de Sonia Carabantes y los indicios criminalísticos del entorno desvelan que no fue atacada sexualmente y que esto ha causado un «vuelco» en la principal línea de investigación.

En el caso de Rocío, un año después del suceso se detuvo como presunta autora del crimen a Dolores Vázquez, amiga de la familia de la víctima, y aunque un jurado popular la declaró culpable, el Tribunal Supremo anuló la condena y ordenó repetir el juicio.