Agentes de la Policía Local, Guardia Civil y bomberos retiran piezas de hormigón y marés. Foto: MICHELS

TW
0

GUILLEM PICÓ/MICHELS
«Menos mal que el muro no cayó durante el recreo, porque podría haber pasado una auténtica desgracia, los bloques de marés podrían haber matado a más de un niño». Ayer por la mañana se vivieron momentos de tensión y angustia en el Colegio Público Cas Saboners de Magaluf al desplomarse, a las 8.50 horas, parte de un muro de contención sobre un patio. Por fortuna no hubo que lamentar heridos, aunque «hasta que no se quitó la última piedra no estuvimos tranquilos», afirmó uno de los agentes que acudieron al colegio. El alcalde de Calvià, Carlos Delgado; el primer teniente de alcalde del Ajuntament, Isidre Cañellas; y el director general de Planificació i Centres de la Conselleria d'Educació del Govern, Rafel Bosch, así como distintos miembros del Consistorio acudieron al colegio para conocer en persona lo sucedido. El alcalde Carlos Delgado explicó: «Es una obra mal hecha del año 1988, sin desagües y parece que se ha venido abajo por las últimas lluvias. Ahora precintaremos la zona para que ningún niño tenga acceso al patio, pero lo más importante es que no ha habido heridos».

El muro de contención tiene unos 25 metros de largo y cuatro de alto y está forrado de marés. Entre el muro de contención y el de revestimiento hay medio metro de jardinería. A las 8.50 horas se derrumbaron ocho metros de ancho por dos de alto de pared. En ese momento los alumnos iban a entrar en clase y no se sabía si algún niño estaba en el patio y podía haber quedado debajo de los escombros, por lo que se vivieron momentos de tensión y nerviosismo. Los responsables del centro avisaron a los servicios de emergencia.

De inmediato llegaron al colegio varias patrullas de la Policía Local de Calvià, de la Guardia Civil y efectivos de Protección Civil. Los agentes se pusieron a quitar la arena, piedras y trozos de marés con las manos, precintaron la zona para que no pasase nadie y regularon el tráfico en las afueras del colegio, en el que cursan sus estudios más de 400 niños y que tiene 16 años de antigüedad. El director ordenó a los alumnos que entrasen en clase y los profesores miraron si faltaba alguien. Instantes después llegaron tres dotaciones de los bomberos del Consell de Mallorca y se empezó a quitar los escombros con palas. También se dispuso de una pequeña excavadora para quitar las piezas de hormigón y marés. Tras la retirada de los escombros la zona quedó acordonada y durante el día de ayer ningún niño pudo tener acceso al patio. El director del colegio, Joan Mora, explicó que «cuando cayó el muro los niños estaban preparados para entrar a clase, en principio no tenía que haber nadie en el patio, pero nunca se sabe y hubo momentos de angustia». El comentario que hicieron muchos de los presentes fue que por suerte no había caído entre las 11.30 horas y las 12.00, durante el recreo, porque sí que hubiese podido ser trágico.