Tony Alexander King fue sacado del cuartel de la Guardia Civil en la noche del sábado para que mostrara a los agentes dónde había cometido las tres violaciones de las que se ha autoinculpado.

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En su comparecencia ante el juez, King insistió en que la muerte de la joven de Coín, Sonia Carabantes, el pasado 14 de agosto, se produjo «por accidente» y sobre el crimen de Rocío Wanninkhof, que desapareció en octubre de 1999 en Mijas, dio «detalles muy concretos». Según explicó, tras la muerte de Rocío, decidió llevar el cadáver a un lugar de Marbella, que no ha trascendido, y posteriormente lo trasladó hasta la zona Los Altos del Rodeo de esta localidad malagueña, donde fue encontrado aproximadamente un mes después de su desaparición, porque «no se fiaba».

La Guardia Civil sospecha que Rocío Wanninkhof intentó defenderse cuando él quiso tocar su cuerpo, y debido a su resistencia debió lesionarla y acabar con su vida. Al parecer, King actuaba por impulsos sexuales y sentía placer erótico al tocar los cadáveres de sus víctimas, y tiene «problemas de impotencia, acentuados por el alcohol y los tranquilizantes», sustancias bajo cuyos efectos «actuaba» a veces, según declaró a los investigadores.

El detenido, que reside desde hace seis años en la Costa del Sol, también admitió que en ocasiones alquilaba películas en un vídeo-club que trataban sobre sexo y muerte. En el Reino Unido, donde el detenido declaró a la Guardia Civil haber matado a los violadores de su hermana, Scotland Yard está en contacto con la Policía española, a través de la Interpol, «para establecer la identidad» de King.