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La Audiencia ha condenado a cinco años a Antonio Manuel Pazos, de 31 años, por atracar un estanco de la calle San Magín, en Palma. El hombre utilizó un cuchillo jamonero. Los hechos ocurrieron el 29 de mayo del presente año y el atracador entró en el estanco con el rostro cubierto con una sudadera de chándal con capucha. En el local estaban el propietario y su hija y, pese al disfraz, ambos le reconocieron puesto que le conocían de verlo en las inmediaciones del Passeig Marítim limpiando cristales de los coches en los semáforos. El atracador se dirigió a la mujer y le exigió la entrega del dinero. El padre, que estaba en la trastienda, cogió una barra de hierro e intentó desarmar al delincuente, pero no le alcanzó y sin embargo él resultó herido en una mano. El hombre y su hija retrocedieron hacia la trastienda y el atracador cogió un bote metálico de monedas que contenía 887 euros y huyó. Poco después la policía le localizó en la calle Aníbal y el atracador tiró a un contenedor el chándal, el bote de las monedas y una riñonera. La sentencia señala que en las dependencias policiales se practicó un cacheo. También se inspeccionó la parte trasera del coche policial en el que había sido trasladado el acusado. Allí se encontraron 887 euros.