Padre e hijo fueron localizados sobre las once y media de la mañana
en una caseta de la urbanización de Puntiró, en la carretera vieja
de Sineu, por parte de una cuadrilla de obreros que trabajan en una
obra. El hombre de mayor edad se encontraba muy débil y su hijo, al
parecer, todavía estaba con vida. Junto a ellos había unas latas de
sardinas en conserva. Los trabajadores pidieron ayuda al 061 y
también se desplazó hasta aquella urbanización un coche patrulla
del Cuerpo Nacional de Policía, que comprobó que Francisco Córdoba
Moreno ya había fallecido. El caso, entonces, pasó a manos del
Grupo de Homicidios y también fue informado el Juzgado de
Instrucción Número 3, que ayer se encontraba en funciones de
guardia.
Los agentes inspeccionaron de forma minuciosa la vivienda, en
busca de indicios para aclarar lo sucedido, y descartaron que se
hubiera tratado de una muerte violenta. Por exceso de trabajo, el
juez de guardia no pudo desplazarse hasta Puntiró, pero fue
informado puntualmente de todos los detalles del hallazgo.
Francisco Córdoba padre, que apenas podía articular palabra, fue
evacuado en ambulancia hasta Son Llàtzer, pero su estado fue
empeorando hasta que entró en coma. Ayer tarde el hombre continuaba
hospitalizado en estado muy grave y todo parece indicar que los
alimentos en mal estado que consumieron los dos familiares fueron
la causa de la tragedia. Sin embargo, los investigadores quieren
aclarar por qué el hombre más joven falleció y, en cambio el mayor
sobrevivió.
Las muestras de latas de conservas abiertas fueron retiradas
como prueba y en breve serán analizadas por Sanitat para comprobar
si, en efecto, estaban caducas o en mal estado. El fallecido fue
trasladado por la empresa funeraria hasta el Instituto Anatómico
Forense de Palma, donde está previsto que en breve se le efectúe la
autopsia. La casa de Puntiró donde ocurrieron los hechos quedó
precintada mientras dura la investigación.
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