Un centenar de ovejas y corderos ha muerto en el último mes en la
finca de Son Morlà, ubicada entre Palma y Esporles, a consecuencia
del ataque de perros, según denunció ayer Tomeu Ribot, el
responsable de aquellos terrenos.
Se trata de dos canes de gran tamaño y con el pelaje estilo
labrador, aunque algo más rojizo, que en el último mes han atacado
al rebaño de la finca. «A consecuencia del primer ataque, las
ovejas y los corderos se desperdigaron por la montaña, y ahora
todavía vamos encontrando ejemplares muertos», contó Tomeu. El
payés ha tenido que trasladar a los animales supervivientes hasta
otra posesión de su propiedad «porque si se quedan aquí seguro que
morirán».
A diferencia de otras ocasiones, no se trata de perros
asilvestrados, sino que son canes que se escapan de casas de la
urbanización cercana de ses Rotgetes. «Sus dueños, a primera hora
de la mañana, los sacan a pasear y cuando no vuelven cierran la
verja y se van. Esos perros entran entonces en la finca y empiezan
a perseguir a las ovejas y corderos», lamentó Ribot. El perjuicio
económico supera los 1.800 euros y el payés afectado ha pedido
medidas efectivas para que situaciones como las que ha vivido en el
último mes no se repitan.
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