La Guardia Civil ha recuperado cientos de objetos que habían sido robados en pequeños comercios.

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Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil han desarticulado un nuevo grupo de extranjeros que se instala en Mallorca con el único propósito de delinquir. En esta ocasión se trata de un grupo de ocho personas de nacionalidad rumana, dos de ellos menores de edad, de los que se sospecha que han sido los que más robos han cometido durante los últimos meses en Mallorca. Se sabe que el grupo, desde inicios del pasado verano, al menos, cometían un robo diario. Los investigadores hasta el momento tienen pruebas que les vinculan con una docena de robos, pero se tienen fundadas sospechas que han participado en muchos más delitos, y se buscan pruebas para relacionarlos con ellos. Los detenidos son Nicolae L., de 22 años de edad, Savin S., de 24, Dorin G., de la misma edad, Laura M.D., de 25, Constantin M., de 26 y Elena L., de 24. También hay dos menores que tienen 16 y 17 años de edad. Los seis primeros pasarán hoy a disposición del juzgado de guardia.

Según informaron ayer fuentes de la Benemérita, los investigadores han dedicado varios meses de trabajo para desarticular a este activo grupo de presuntos delincuentes. En primer lugar, los ladrones actuaban siempre en establecimientos comerciales, de similares características, y no en viviendas. Además, cuando robaban lo hacían siempre de noche o bien a altas horas de la madrugada pero, a diferencia de otros grupos organizados de delincuentes que se han desarticulado en Mallorca, no actuaban en grandes industrias, sino que robaban en comercios más pequeños.

En concreto, se ha comprobado que estos rumanos, supuestamente, han robado en tiendas de ropa, estancos, supermercados, perfumerias, farmacias, pequeñas inmobiliarias, tiendas de telefonía y en algunos bares. No actuaban en una localidad concreta, sino que se desplazaban por toda la Isla para cometer los delitos. Además, para entrar en los comercios no utilizaban siempre el mismo sistema, puesto que en ocasiones realizaban «butrones» en las paredes y otras veces forzaban las puertas de los establecimientos.