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El conductor del autobús siniestrado ayer cerca de la frontera entre Bélgica y Francia en un accidente que causó la muerte a 12 personas y heridas a otras 37, pudo dormirse al volante, según dijo un testigo que circulaba detrás de vehículo.

Un camionero que circulaba tras el autobús instantes antes de ocurrir el siniestro dijo que «el vehículo, manifiestamente, dejó de circular en línea recta» entre 100 y 200 metros, antes de colisionar lateralmente contra la mediana de cemento de la autopista E19 que une Bruselas y París, lo que llevó a los investigadores a creer que el chófer «se adormiló al volante».

Según los expertos, las chispas producidas mientras el autocar avanzaba unos centenares de metros contra la mediana pudieron desencadenar el incendio en la parte trasera del vehículo, que llevaba 49 ocupantes. Aunque gran parte de los pasajeros pudo salir del autobús, la virulencia de las llamas, «posiblemente avivadas por el combustible del autobús», y el humo, asfixiaron y abrasaron a las 12 víctimas mortales, jóvenes de entre 20 y 25 años, que viajaban a París para pasar las vacaciones de Navidad.