Después de que la jueza le comunicara al detenido que ingresaba
en prisión, éste fue trasladado a la clínica forense de los
juzgados. Allí mantuvo una entrevista con el forense Julio López,
que realizó un estudio preliminar del estado mental del detenido. A
primera vista se veía una persona que se encontraba muy fatigada y
de hecho tenía incluso dificultades para caminar.
A pesar del silencio que mantiene el detenido, la Guardia Civil
da por cerrado el caso y no existe ninguna duda de que fue Domingo
Pozo el que en la noche del pasado jueves acudió a la vivienda de
s'Arenal de Llucmajor y disparó contra su ex compañera sentimental
y contra los dos hijos de la mujer, de 18 y 21 años de edad, que
también resultaron heridos y ambos se encuentran graves, sobre todo
el menor de ellos. Los agentes se han entrevistado con una joven,
novia de un sobrino de Pilar Crevillent, y con la hija pequeña de
la mujer, que trabajaba como limpiadora en el hospital de Son
Dureta. La primera testigo, que se escondió bajo la cama cuando el
individuo comenzó a manifestar su violencia, ha confirmado a los
investigadores que, en primer lugar, Domingo Pozo disparó a
quemarropa contra la mujer. Acto seguido los dos hijos de la
víctima se abalanzaron contra el agresor e intentaron arrebatarle
el arma que tenía en las manos. Sin embargo, el detenido disparó
contra los dos jóvenes y los dejó malheridos. Después se marchó del
domicilio y durante cinco horas estuvo en paradero desconocido
hasta que, sobre las tres de la madrugada, se entregó en la
Comandancia de la Guardia Civil. De momento lo que no se sabe, ya
que el individuo se ha negado a contarlo, es lo que estuvo
realizando durante estas cinco horas. Se sospecha que estuvo
visitando varios bares, si bien no existe una prueba concreta que
lo confirme. En cambio, lo que sí parece que está claro es que en
el momento de cometer los hechos el hombre mostraba síntomas de
encontrarse bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, en ningún
caso este estado le exculparía del delito de asesinato del que, con
toda seguridad, será acusado, sino que tan sólo se trataría de un
atenuante. Lo que parece claro es que el móvil del crimen fue
pasional, ya que Domingo no aceptaba que la mujer quisiera romper
la relación que mantenían desde hacía tres años y no deseara
verle.
La única preocupación que manifestó Domingo Pozo ayer tarde
cuando estuvo en el juzgado fue solicitar protección mientras esté
en prisión. El individuo, a través de su abogado Rafael Ramis,
explicó que en la cárcel se encuentra el novio de una sobrina de la
víctima, y que teme que esta persona pueda intentar agredirle si
coincide con él en la cárcel. Por ello, el juzgado comunicó esta
situación a la prisión de Palma para que tome medidas al
respecto.
En breve el detenido será de nuevo trasladado al juzgado y se le
comunicará el delito que se le imputará, que será el de asesinato.
Es evidente que en la actuación del individuo existió alevosía
porque ninguna de la tres víctimas podía defenderse ante el arma de
fuego que portaba el detenido cuando cometió los hechos.
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