La hemorragia que provocaron los dos hierros atravesados en las piernas del obrero fue tremenda. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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El chalet en construcción está ubicado en la calle Lliris número 18 de Palmanyola y consta de dos alturas. José Antonio Costa, natural de La Coruña, se encontraba trabajando en el piso superior cuando, de repente, dio un traspiés y se cayó por el hueco que comunica esa altura con la planta baja.

Había unos tres metros de altura y cuando se estrelló contra el suelo sus dos piernas quedaron atravesadas por sendas varillas de hierro de las utilizadas en los encofrados, de unos 12 milímetros de grosor y medio metro de altura. En la casa, en esos momentos, había al menos otros dos compañeros, que enseguida corrieron a auxiliarlo. José Antonio perdió el conocimiento a causa del dolor, y comenzó a perder grandes cantidades de sangre. El centro de emergencias del 112 recibió la primera llamada de auxilio minutos antes de las 12.30 horas, y una ambulancia del 061, así como bomberos de Palma, Policía Local de Bunyola y Guardia Civil, se desplazaron hasta la calle Lliris.

Los médicos comprobaron que la situación era grave: una de las barras le había entrado por la ingle y le había atravesado la femoral, mientras que la otra estaba clavada a mitad del fémur. La sangre manaba sin control y la prioridad de los sanitarios fue atajar la hemorragia. A continuación le suministraron calmantes y le aplicaron un suero.

El hombre permaneció atravesado por los hierros casi una hora, semiinconsciente, hasta que finalmente los bomberos pudieron serrarlos y lo liberaron. Su estado era muy grave, y la ambulancia lo evacuó sin demora hasta Son Dureta, donde fue operado de urgencia. Los médicos, según explicaron en fuentes de la residencia sanitaria, le efectuaron varias pruebas para conocer el alcance de las perforaciones en las dos piernas, y determinaron que era mucho más grave la lesión de la femoral.