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Cuatro fincas de sa Pobla dedicadas a la cría de gallos de pelea han sido asaltadas en las últimas semanas por bandas de ladrones, que han vaciado las jaulas, según informaron ayer algunos de los afectados. Uno de ellos, Bartolomé Durán, explicó que en los últimos años ha presentado «al menos nueve denuncias» ante la Guardia Civil, aunque los ejemplares sustraídos casi nunca son recuperados.

La semana pasada una finca ubicada en la carretera de Binissalem, muy cerca de Biniagual, sufrió un espectacular asalto de madrugada, por parte de varios individuos, al parecer de etnia gitana, que se apoderaron de un total de 60 gallos de pelea, valorados en casi 300 mil euros. La Benemérita instruye las diligencias por aquel suceso, pero de acuerdo con los datos facilitados ayer no se trata de un robo aislado, sino de algo muy frecuente en los criaderos de la isla. Las peleas de gallos, en realidad, están prohibidas en Mallorca, desde hace varios años. Las fincas de cría, aún así, existen, porque sus responsables viajan a la Península -sobre todo a Sevilla o Las Palmas- para participar en peleas legales. Y esas propiedades diseminadas entre Manacor, Muro, Sa Pobla, Binissalem, Alaró y Palma, principalmente, están muy controladas por las bandas de delincuentes.

Bartolomé Durán relató ayer que en el último robo que sufrió en su terreno «se llevaron 14 gallos de pelea, pero se dejaron uno. Pues bien, a los pocos días volvieron a por él y también lo cogieron». El payés, de 56 años, lleva más de 25 dedicado a la cría de gallos y todos los ejemplares que desaparecieron de sus instalaciones «eran de gran calidad». A los cuatro criadores de sa Pobla les han sustraído, en los últimos meses, un total de 70 gallos.