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EFE-IMZUREN
Los cientos de damnificados de Imzuren, la zona de Marruecos más dañada por el terremoto de Alhucemas, se olvidaron ayer de sus penurias y aclamaron al rey Mohamed VI cuando acudió a visitarlos al campamento, donde en dos días se han efectuado importantes mejoras para esta recepción. Tras ver el sábado a los heridos del hospital Mohamed V de Alhucemas y pasar la noche en un complejo montado para alojarle, el monarca alauí acudió ayer al campamento situado a las afueras de Imzuren, el segundo núcleo poblacional de la provincia con más de diez mil habitantes y donde hay la mayor parte de los afectados.

Después de inspeccionar el modélico hospital de campaña, se dirigió a pie hacia los habitantes del campamento, contenidos por vallas y un imponente despliegue de seguridad, para saludarles. El monarca alargó este paseo más de lo previsto ante la respuesta popular, ya que se prodigaron los aplausos y los gritos en su favor porque, como explicaron algunos de los afectados «es nuestro rey, su visita era esperada y a quienes culpamos de no darnos lo que necesitamos es a las autoridades de la provincia, no a él». Mohamed VI abandonó el campamento tras unos 20 minutos de estancia y dejó tras de sí a cientos de afectados que pueden considerarse privilegiados porque esta breve visita ha conllevado importantes mejoras.