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Poco antes de las 0.30 horas de ayer los vecinos de la calle Emperatriz Eugenia de Palma y, sobre todo, los del edificio señalado con el número cuatro, se sobresaltaron al escuchar primero una explosión y después un estruendo, seguido de la caida a la calle de una cristalera convertida en mil pedazos. En pocos segundos llegaron policías locales de la Unidad Nocturna y bomberos. Al entrar en el segundo piso los agentes se encontraron con un 'espectáculo' a base de cajas de cartón, libros, papeles, suciedad, cientos de objetos esparcidos, un fuerte hedor y una veintena de gatos. El inquilino fue trasladado a Son Dureta.

El hombre fue identificado, se supo que es cinturón negro de judo, que tiene licencia de arma de fuego, se encontró una pistola del calibre 22 y una katana. El psiquiatra dijo que no era necesario su ingreso y los daños ocasionados no superan la cantidad señalada para que se trate de un delito, por lo que el hombre regresó a su casa.

Al caer a la calle los cristales ocasionaron destrozos importantes en dos coces estacionados y menos graves en otros. Parte de la calle quedó llena de cristales y un camión de EMAYA acudió al lugar para proceder a la limpieza. Un gato sufrió quemaduras graves por la explosión de la bombona y se supone que después el hombre destrozó la cristalera con un mueble o similar.