Antonia y su hija María Dolores volvieron a nacer ayer. Su casa, de
dos plantas, está ubicada en el camino vecinal de Jesús, pasado el
cruce de Son Anglada y Son Roca, justo enfrente de las canteras de
Establiments. A las 13.00 horas una voladura de grandes
proporciones, como las que se suceden al menos una vez por semana
en aquella zona, sobresaltó a las dos mujeres, pero no más que en
otras ocasiones.
Sin embargo, la carga explosiva utilizada era excesiva y
segundos después «toda la casa empezó a temblar, por lo que
empezamos a asustarnos», recordó ayer María Dolores, una estudiante
de la UIB de 21 años. Acto seguido, un estrépito las sobrecogió:
las dos se encontraban en la sala y una gran roca impactó en la
cocina, destruyéndola en gran parte. La habitación de Miquel, el
otro hijo de Antonia, también se vino parcialmente abajo y una
parte del techo cayó. Madre e hija se miraron aterrorizadas, sin
creerse todavía lo que estaba pasando. En el exterior de la casa
también se había abierto un boquete de un metro de diámetro, pero
por fortuna nadie había resultado herido: «También tenemos varios
animales, a los que las piedras no alcanzaron», contó la joven.
Minutos después aparecieron en la casa los responsables de la
cantera de Can Rosselló, disculpándose y explicando que se harían
cargo de las reparaciones. María Dolores y Antonia, sin embargo, el
miedo ya lo tienen metido en el cuerpo y saben que nadie puede
asegurarles que no vuelva a ocurrir lo mismo. Su casa está a 200
metros escasos de las canteras, y hasta ahora se habían
acostumbrado, muy a su pesar, a los camiones, los ruidos, las
vibraciones y el polvo. Lo de ayer, en cambio, puso en serio
peligro sus vidas. Los bomberos y la Policía Local se desplazaron
hasta el número 127 del camino vecinal de Jesús, e inspeccionaron
la vivienda. Además de los desperfectos visibles, cuya reparación
costará millones, han aparecido grietas en todas las paredes y los
techos.
La Conselleria d'Indústria remitió ayer tarde un comunicado en
el que anunciaba que se ha abierto una investigación para
esclarecer las causas de la peligrosa voladura y que se ha
paralizado, de manera cautelar, la actividad extractiva en las
canteras de Can Rosselló, hasta que las diligencias hayan
concluido.
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